Si quieres llegar rápido camina solo, si quieres llegar lejos camina acompañado.
- Iván García Llorente
- 29 nov 2019
- 2 Min. de lectura
El trabajo cooperativo bajo mi punto de vista es una de las metodologías más interesantes para poder conseguir el aprendizaje significativo que tanto buscamos los docentes.
Es necesario para estar en lo más alto de la pirámide de la taxonomía de Bloom el poder llegar a crear para estar en un pensamiento de orden superior.

Es muy fácil que en un cooperativo se apliquen contenidos sobre un tema dado por el profesor, también es bastante viable que puedan analizarse los contenidos que han tenido que asimilar previamente para poder conseguir el objetivo del trabajo. Incluso en la mayoría de la ocasiones se podría dar una coevaluación entre los alumnos para mejorar los puntos débiles y potenciar las virtudes.
Pero bajo mi punto de vista, solo los mejores proyectos de trabajo cooperativo van a ser capaces de presentar escenarios donde se pueda CREAR conocimiento, y eso es la mejor línea para poder construir el mejor tipo de aprendizaje posible.
Por otro lado, otro de los aspectos que más me fascinan de este tipo de forma de trabajo son los roles. Las funciones que deben asumir cada uno de los componentes del equipo. Cómo deben actuar en el grupo de trabajo.

Cuando planteamos nuestro propio cooperativo, que debemos preguntarnos en el momento de asignar los roles, ¿qué quiero conseguir? ¿potenciar las cualidades que tiene cada uno de los componentes del equipo o mejorarlas?
Una vez que sepamos la respuesta a la pregunta anterior, deberíamos conocer a nuestros alumnos mediante una lista en la que sepamos en que ámbitos pueden llegar a encontrarse más cómodos y en cuales no.
Por último, en este apartado quiero resaltar, que es mucho más relevante el que en la construcción de los grupos se hagan de forma heterogénea, para que se puedan complementar y aprender los unos de los otros, creando un equipazo y llegando lo más lejos posible.
Iván García Llorente
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